El CONFLICTO DEL TAIJIQUAN MODERNO. Autor: Sifu Tony Rey Garcia (2012)

ANÁLISIS SOBRE EL TAIJIQUAN.   Por Tony Rey García (2012)         Artículo cedido por el autor al Profesor José A. Parada (AsogalTaiji)  para su publicación en España.        
                                                                                                              
Sin lugar a dudas el título con que inicio este texto se torna polémico y hasta ofensivo para muchos. Pero no es mi intención irritar a los lectores, ni tampoco atentar contra las concepciones que muchas personas enarbolan cuando elucidan el tema.
No obstante, mi estudio personal y las transmisiones recibidas directamente del maestro Wong Yi Man han constituido durante dieciséis años un campo de excelente escrutinio. No puedo negar que en un principio, tuve que imponerme una voluntad férrea para trascender mis propios puntos de vista. Como todos los que hemos sido moldeados por la bibliografía accesible, también contaba con un criterio estructurado sobre la base de la mayor parte de las publicaciones contemporáneas. Por lo tanto, tuve que colocar mis opiniones a un lado y darme tiempo en comprobar si lo que el maestro Wong Yi Man transmitía podía validarse con la realidad física.


Maestro Yang Lu Chan (1799-1872, 楊露禪), creador del estilo Yang Shi Taiji Quan                               (Estilo Yang de Taiji, 楊氏太極拳)

Existen muchos escritos importantes dentro del ámbito del Taijiquan, como el de Wang Zong Yue (王宗岳 – notable maestro del siglo XVII conocido por el Tratado sobre el Taijiquan - 太極拳經). Wang Zheng Nan (王征南 – maestro del siglo XVII que transfirió algunas concepciones sumamente interesantes, recogidas en el Epitafio para Wang Zheng Nan王征南墓志銘, escrito por Huang Zong Xi, 1610-1695, 黃宗羲, célebre filósofo y gran historiador del inicio de la dinastía Qing. Más tarde su hijo, Huang Bai Jia – 1643-1709, 黃百家, ampliaría los conceptos sobre la estrategia de la no oposición, en otro texto titulado: El Método de Boxeo de la Escuela Interna內家拳法).


Maestro Yang Jiang Hou (1847-1917, 楊健候), hijo de Yang Lu Chan y padre del maestro Yang Chen Fu.

El maestro Yang Chen Fu (nieto del creador del Taijiquan, fue uno de los miembros de la familia Yang que más esfuerzo realizó en la divulgación del Taiji, así como en delinear una dinámica de movimiento que respondiera a un flujo de continuidad y fluidez. Entre sus transmisiones escritas se encuentra el texto titulado: Esencia y Aplicaciones del Taijiquan -太極拳體用全書), realizado en 1934.
No podemos dejar de mencionar al maestro Cheng Wei Ming (1881-1951, 陈微明 – notable erudito de la filosofía china, el cual expuso sus concepciones en tres textos fundamentales: El Arte del Taijiquan -太極拳術, escrito en 1925, La Espada de Taiji -太極劍, elaborado en 1928, Preguntas y Respuestas sobre el Taijiquan -太極拳答問, terminado en 1929). Fueron muchos los maestros que transfirieron sus conocimientos al papel, conformando tras aportes continuados, la visión de un arte marcial capaz de expresar los fundamentos que rigen las leyes del universo.

Maestro Yang Chen Fu (1883-1936, 楊澄甫), nieto del creador de la corriente Yang del Taiji Quan.                   
Divulgó el método familiar por todo el país, e introdujo variaciones importantes dentro de las maniobras técnicas del estilo.
Por otro lado –y esto es digno de mención-, existen historias que remontan el arte del Taijiquan a figuras deslumbrantes del taoísmo, como lo fue Zhang San Feng (張三豐 – legendario maestro de la dinastía Song, a quién se le atribuye la creación de éste método de combate, como una inversión de las técnicas que con anterioridad aprendiera en el monasterio de Shaolin). No obstante, lo trascendental no estriba en conocer de dónde provino el arte que ha llegado a nuestras manos, sino ante todo, en comprender verdaderamente qué es lo que se quiere expresar a través del término de Taiji y cómo emplearlo realmente en la defensa. No debemos olvidar que se trata de un arte marcial y no de un método destinado exclusivamente a satisfacer la demanda del público buscador de alternativas terapéuticas. Por consiguiente, si el conocer la historia de una taza de té nos proporciona el placer del conocimiento, más nos depara el saber utilizarla para lo que realmente fue diseñada. Es esa la causa, de que hoy en día exista tanto estrabismo en las percepciones que se tienen de este arte marcial, son tantas las leyendas y las versiones que se tejen sobre su creación, que se ha relegado a un segundo plano lo más importante.

Maestro Yang Shao Hou (楊少侯, 1862-1930),  el nieto mayor del maestro Yang Lu Chan.

Y en este punto se evidencia un serio conflicto. Hoy tenemos textos y traducciones de todos tipos, materiales didácticos etiquetados con los códigos del Taijiquan contemporáneo y disímiles informaciones sobre el legado de diversos maestros. Por supuesto, que el problema no radica en la divulgación teórica del sistema, sino en la divergencia que se establece entre lo que muchas personas pretenden conceptualizar intelectualmente y lo que realizan con sus cuerpos cuando ejecutan la forma. Por un lado, se ejemplifican las teorías con una estricta metodología y por el otro, no convergen sus apotegmas en la práctica corporal. De manera que estamos en presencia de una aguda bifurcación  entre la tradición escrita y su aplicación marcial.
Es bien sabido –por la vasta literatura publicada al respecto-, que cuando Yang Lu Chan llega a la ciudad prohibida y se establece como preceptor de artes marciales, tiene que confrontar su arte con el de algunos maestros de reputada trascendencia. En la época en que realiza esta proeza el Wushu no era una caricatura acrobática, ni un espectáculo circense. Los especialistas de artes marciales sobrevivían exponiendo sus habilidades y para muchos, demostrar sus conocimientos equivalía a garantizar un estatus de vida.


Maestro Cheng Wei Ming (陈微明, 1881-1951), discípulo directo del maestro Yang Cheng Fu y autor de algunos de los textos importantes del Taijiquan. 

En 1925 funda en la ciudad de Shanghai la Sociedad de las Artes Marciales y de la Suma Flexibilidad (Zhi Rou Quan She, 致柔拳社) en donde divulgó la práctica del estilo Yang de Taiji.



Tras sopesar debidamente estos argumentos,  se torna evidente que el maestro Yang Lu Chan no se sentó a descansar dentro de los muros que cobijaban a la aristocracia china. Antes bien, tuvo que elucubrar y perfeccionar un sistema de combate que proporcionara la victoria inminente frente a un crudo escenario de implacables peleadores.
Se sabe que sus descendientes directos consolidaban su entrenamiento con movimientos explosivos, saltos e incluso gritos que movilizaban la emisión de Qi. Esto provenía –sin lugar a dudas-, de la transmisión recibida por vía paterna. O sea, que lo que gestaban a puertas cerradas era todo lo contrario de lo que impartían en público.
Vale la pena observar, a este respecto, que el Taiji combativo no solo fue ocultado dentro del conservadurismo familiar, sino que también tuvo que sobrevivir a diversos contextos sociales. Con el advenimiento del comunismo en China y el tránsito por el oscuro período de la revolución cultural, el sistema tuvo que metamorfosearse en un método terapéutico. Esta estrategia lo eximió de la matanza de ideas y tradiciones que la política gubernamental impuso en gran escala, pero al mismo tiempo, lo redujo a una mera secuencia con motivaciones profilácticas.
De hecho, ha sido tan fuerte su divulgación en ese sentido, que hasta en el mismo continente asiático la confusión y el desconocimiento proliferan sin medida.
La decadencia ha alcanzado tan desmesuradas proporciones como para estructurar simplificaciones de un estilo de combate bien conjeturado, e incluso pretender mezclarlo –como sucede con algunas tentativas modernas-, con elementos acrobáticos y gestualidades artísticas.
Es indudable que su resultado médico también decrece si el arte no se compromete con las raíces filosóficas y las leyes energéticas que lo sustentan. El Taijiquan es una ideología en movimiento. Si esto no se comprende, ¿cómo podría funcionar desde el punto de vista terapéutico?
No es mi intención en este exiguo escrito develar todas las disyuntivas que lo arruinan como arte marcial, ni exponer cuáles son los métodos que se deben llevar a cabo para rescatarlo de la penuria mental en la que vive. Eso será tratado en otro contexto con un mesurado  estudio.
El objetivo fundamental que me impele a escribir sobre esta temática es exponer los falsos patrones que enturbian el entendimiento de lo que, hoy en día, se llama boxeo de Taiji. Para hacer más comprensible este propósito lo delimitaremos en varios estadios.


LA ERRADA EJECUCIÓN TÉCNICA DEL TAIJIQUAN.

Si no se comprende la estrategia del Taijiquan ¿cómo puede ser expresada en la secuencia? Las versiones del boxeo de Taiji proliferan y las simplificaciones también. Muchos creen que se puede sintetizar un conocimiento estructurado sobre una sólida visión energética.
Esto es igual que creer que tan solo con la luz de una vela podemos iluminar el mundo. La superficialidad del comercio no percibe los contrastes de la ignorancia. Para experimentar el agua hay que zambullirse en el mar. Desde la orilla se pueden elaborar todas las teorías. Unas pueden ser patéticas y otras parecer sublimes, pero el mar continuará siendo algo no experimentado por el cuerpo.
La estructura del Taiji está constituida por cuatro gestos: Peng (rechazar,
), Lü (absorber, ), Ji (presionar, ), An (aplastar, ). Estas maniobras esconden otros gestos adyacentes: Cai (agarrar, ), Lie (separar, ), Zhou (golpear con el codo, ), Kao (golpear con el hombro, ). Las técnicas donde estas estratagemas pueden manifestarse fueron estructuradas desde su creación y perfeccionadas en el transcurso de tres generaciones.
En tanto, el desplazamiento yace compuesto por cinco acciones dinámicas: Jin Bu (avanzar,
), Tui Bu (retroceder, 退), Zuo Gu (moverse hacia la izquierda, 左顧), You Ban (moverse hacia la derecha, 右盼), Zhong Ding (permanecer en el centro, 中定). A esto se le denomina Shi San Shi (boxeo de las trece formas, 十三勢).
Ahora bien, muchos creen que el Taijiquan solo está decorado por los ocho gestos básicos y no consideran que en su estructura interna se oculta un contenido marcial mucho más amplio de lo que comúnmente se suele evidenciar en su práctica física. Es esta la causa, de que aún hoy en nuestros días su verdadero sentido pase desapercibido.
El método de entrenamiento básico del Taijiquan se clasifica en siete fases de dominio corporal y mental:
•    Zhuang Gong (trabajo de enraizamiento, 桩功).
•    Bu Fa (métodos de ejercitación de las posturas,
步法).
•    Shou Fa (métodos de ejercitación de las manos,
手法).
•    Yao Fa (método de ejercitación de la cintura,
腰法).
•    Tui Fa (métodos de ejercitación de los pateos,
腿法).
•    Shen Fa (método de ejercitación del cuerpo,
身法).
•    Yi Fa (método de ejercitación de la intención,
意法).
Debemos tomar en cuenta, que el Taijiquan no es un estilo ajeno al significado que se expresa con el término de Wushu, es un arte marcial y contempla en su estructura, un arsenal técnico que vibra en consonancia con los elementos que forman el resto de los estilos tradicionales. Por ende, cada movimiento tiene un antecedente en el boxeo chino, que simplemente pasa desapercibido por el ritmo con que se realiza o por el desconocimiento del ejecutante.
Si no se comprende cómo y dónde se evidencian las técnicas esenciales que lo configuran, ¿sería posible aplicarlo eficientemente sobre el ataque de un oponente?
Si solo enfatizamos en la práctica de la secuencia –como suele ocurrir en muchas escuelas-, entonces el sistema marcial se deteriora. No es de extrañar, que en estos ámbitos deportivos o comerciales, el concepto de Taiji se difumine en una incorrecta apreciación del uso de Yin y Yang.


EL FALSO CONCEPTO DE LA LENTITUD.

El boxeo de Taiji es Yin y Yang en movimiento. Entre otras cosas, su estructura contiene la extrema cadencia de las gestualidades y la instantaneidad de técnicas que fluyen como una explosión de Qi.  En el Texto titulado Tai Ji Quan Lun  (太極拳論 – Tratado sobre Taijiquan),       escrito por el maestro Wang Zong Yue (王宗岳), se dice: 

Si los movimientos del oponente son rápidos,  entonces respondo con velocidad.

Indudablemente, el secreto estriba en comprender el flujo de la energía. El Taijiquan es un arte de continuidad, pero esto no quiere decir que deba circunscribirse exclusivamente a la lentitud. Un amanecer acontece paulatinamente, pero una fuerte tormenta también transcurre sin interrupciones.
Los procesos del mundo se muestran con diversos ritmos de mutación. Taiji es un concepto universal y si se va a expresar en el cuerpo no puede eludir los contrastes de Yin y Yang. Sin embargo, en nuestros tiempos solo se enfatiza en el primer nivel de ejecución. La segunda y la tercera fase de realización son desconocidas por la mayoría. Esto acrecienta su deterioro combativo.


EL PROBLEMA DEL CONTACTO CON EL OPONENTE.

El falso concepto de que siempre hay que establecer contacto con la anatomía del adversario se patentiza en muchas escuelas. Ahora bien, cuando nos enfrentamos a un contrincante con un Fajing poderoso (emisión explosiva de energía en el Wushu tradicional, 發勁), no podemos establecer una interacción con sus brazos. En ese caso, la conexión hay que manifestarla con su Yinian (intención mental, 意念).
El boxeo de Taiji es un sistema de combate con sofisticados ángulos de desplazamientos y con amplias posibilidades de intercepción. Desviar la fuerza no quiere decir que tengamos que establecer una unión de nuestro cuerpo con el del oponente. Se puede arrebatar la intención ajena y hasta manipularla severamente con solo saber mover las manos por las direcciones correctas.


LA POLARIZACIÓN HACIA UN EXTREMO DEL TAIJI.

Para muchos, ejecutar el Taijiquan es entrar en un recinto de eterna suavidad. Es tanto el énfasis en la relajación que se olvidan completamente del otro polo que subyace en el término.
Debemos recordar, que Yin y Yang son términos expresados en el Wushu por medio de la utilización de Gan (duro,
) y Rou (blando, ). No podemos contraer el cuerpo y ejecutar la forma con tensión, porque en esencia no se necesita la rigidez muscular para neutralizar el ataque de un oponente. Pero al mismo tiempo, sino sabemos cómo emitir el lado Yang no estamos completando la expresión del término de Taiji. De lo que se trata es de crear un tono de movimiento que permita absorber la fuerza exterior con ligereza y soltura, pero al mismo tiempo, que pueda emitir el poder del Qi. Este es el producto de una instantaneidad explosiva, como el veneno que lanza una serpiente frente a su presa. Evidentemente, el Taiji es un arte que juega con la polaridad y no se parcializa hacia los extremos. Por esta razón, solo podemos convertirlo en un potente método de combate cuando aunamos Gang y Rou en un flujo de técnicas indivisas.

LA INCOMPRENSIÓN EN LA PRÁCTICA DEL TUISHOU

Tuishou (método de empuje de manos, 推手), no es solo el producto de presionar por medio del uso de las extremidades superiores, ni balancear el cuerpo para interpretar por donde va a emitir la fuerza el oponente. Tuishou es un estudio mesurado de tres fases de desarrollo marcial:

•    Lian Fan Ying Fa (método de entrenamiento de la reacción, 練反應法).
•    Lian Yao Fa (método de entrenamiento de la cintura,
練腰法).
•    Lian Jin Tui Fa (método de avanzar y retroceder,
練進退法).

Reacción no significa estar atado al contacto de otra persona como única vía de interpretar la dirección de una agresión. Reacción es responder al Yinian ajeno buscando el ángulo de contraataque específico. Es variar la velocidad y obligar al oponente a elaborar una respuesta sin contacto físico. La intención mueve el Qi, y el Qi produce la respuesta por medio del movimiento de los brazos y de las piernas.
En tanto, el entrenamiento de la cintura significa que vamos a imbricar el flujo de Qi que se devana de las piernas en una espiral energética que conduce el poder hacia las extremidades del cuerpo. Entre las manos y los pies, la cintura es el motor que moviliza el Qi de la Tierra y del Cielo.  Por esto, en el Tratado de Taijiquan (
太極拳論) de Zhang San Feng se dice:

La raíz energética yace en los pies, es generada desde las piernas, dirigida por la cintura y manifestada en los dedos de las manos. Cuando las piernas y la cintura se unifican, el Qi se consolida en una sola dirección.

Por último, el entrenamiento de avanzar y retroceder –lo cual conlleva el dominio del desplazamiento-, es el estudio que permite asegurar la efectividad técnica de las extremidades superiores. Sin lugar a dudas, podemos asegurar que uno de los grandes secretos del Kung fu yace en el desplazamiento. Por lo tanto, el Tuishou en toda su magnitud, no es un ejercicio rutinario para comprobar quien empuja más fuerte. Es un método para potenciar el Yinian.


EL CONFLICTO DEL USO DE LOS VEINTE Y CUATRO JING.

El concepto de los veinte y cuatro Jing del Taijiquan (太極二十四勁) es válido si se quiere conceptualizar lo que podemos realizar estratégicamente. El Jing () es el resultado de la combinación de la fuerza muscular con el Qi. Es un tipo de poder que se almacena en las articulaciones, en el abdomen, en las piernas, en la cintura, en toda región donde existe circularidad y armonía.
De acuerdo con este sistema de descripción dinámica del cuerpo podemos evaluar minuciosamente las posibilidades gestuales. Pero esto no quiere decir que tengamos que memorizar cada acción en correspondencia con un movimiento específico del oponente. Verdaderamente, si fuésemos a describir las acciones que pueden devanarse del uso de las manos, constataremos que solo existen dos Jing esenciales:


•    Shun Chan Si Jing (Jing que se emite de adentro hacia afuera, 顺缠丝勁)
•    Ni Chan Si Jing (Jing que se emite de afuera hacia adentro,
缠丝勁)

No obstante, si de emisión energética se trata ambas maniobras conforman el resultado de la fusión de un solo Jing. El Jing que se deriva del Yinian y que puede ser expresado en todo el cuerpo. Si no fuese de esta manera, ¿cómo podríamos enfrentar una agresión física? ¿Acaso intentando elegir cual Jing utilizar según el ataque del oponente? ¿Qué tipo de contrincante va a esperar a que su enemigo elija un contraataque?
Wushu es un arte de reacción espontánea. El Fajing es un solo poder que se manifiesta en las cuatro acciones fundamentales de ataque y defensa: 


•    Da (golpear, )
•    Ti (patear,
)
•    Shuai (proyectar,
)
•    Na (agarrar,
)

Los matices pueden caracterizarse intelectualmente pero su verdadero dominio no es cuestión de descripciones. El Taijiquan solo posee un Jing.  Esa es la esencia de su proyección energética.
Si analizamos el término de Taiji, veremos que es una extensión de Wuji. O sea, todo cuanto existe proviene de una expansión bipolar y esta fue antecedida por una inmensa condensación de Qi. El hombre solo puede manifestar el estado de Wuji cuando manifiesta un solo Yinian. Solo entonces ha comprendido cómo dominar la polaridad de la vida.
Hasta aquí cedo a los lectores interesados en el tema este exiguo estudio. Sé que me expongo a la censura de una gran masa de practicantes de Wushu, por tan solo atentar contra la información institucionalizada. Es bien sabido que el hombre ama los atajos y las vías que prometen éxitos sin grandes inversiones de sudor. No obstante, la médula de la cultura china yace enclavada encima de un cultivo permanente.
En efecto, dado que la probabilidad de criterios es eterna, cada cual es libre de creer lo que quiera. Sin embargo, sin una correcta metabolización de los fundamentos que sostienen a este arte marcial, nunca se podrá comprender lo que significa el término de Taiji.


Artículo publicado por el Sifu Tony Rey García (2012) cedido a José A. Parada (AsogalTaiji) para su publicación en España (27 - febrero - 2014).   

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